Las primeras exposiciones al sol son las más peligrosas y las más susceptibles a las quemaduras y a las alergias al sol. Por ello, en el inicio de la primavera hay que extremar las precauciones y reforzar la protección solar, incluso en los días nublados.
Debido a que la mayoría de la gente vivimos todo el invierno en edificios cerrados y nos exponemos muy poco al sol, cuando recibimos las primeras radiaciones nuestra piel fácilmente puede sufrir quemaduras o reacciones de intolerancia al sol.
Diferencias entre quemadura y alergia solar
La quemadura solar aparece cuando nos hemos expuesto a las radiaciones UVB más tiempo de lo que nuestra melanina puede protegernos.
Suele producir eritema de toda la piel expuesta al sol, con enrojecimiento, inflamación y calor, pudiendo aparecer ampollas en casos más graves.
Los síntomas aparecen a las pocas horas (de 2 a 4) de la exposición, aumentando hasta las 24 horas.
Por su parte, lo que conocemos como “alergia al sol” hace referencia a varias patologías de la piel que se desencadenan tras una exposición normal a la luz solar, principalmente a la radiación UVA. El sol no da alergia, son diferentes reacciones cutáneas que necesitan de la exposición solar para desarrollarse. Hay muchos tipos que tienen diferentes causas.
La Erupción Polimorfa Lumínica (EPL) es la más habitual, llegando a darse en el 15% de la población. Se da con más frecuencia en primavera y verano, con las primeras exposiciones al sol y en zonas que están cubiertas en invierno: escote, cuello, antebrazos o parte anterior de las piernas. Es más frecuente en pieles claras y en mujeres jóvenes.
Se producen erupciones rojas con habones o ronchas que pueden tener diferentes formas y suelen ir acompañadas de bastante picor.
Las lesiones suelen aparecer varias horas e incluso días después de exponernos al sol, pudiendo durar hasta una semana. Mejora tras exposiciones repetidas a lo largo de la temporada a medida que la piel se habitúa. Puede que se repita cada año en los primeras ocasiones en que la piel esté expuesta a radiaciones intensas.
Cómo prevenir quemaduras y alergia solar
Escoge un protector solar que tenga filtros para todas las radiaciones:
- UVB, responsables de las quemaduras y el daño en la piel
- UVA, responsables de la aparición de manchas y arrugas
- VIS (radiación visible): alcanzan zonas más profundas de la piel y aumentan los daños de los rayos UVA (manchas)
- IRA (infrarroja A): aceleran el envejecimiento de la piel (flacidez) y penetran hasta capas aún más profundas
Procura además además sea resistente al agua con un factor de protección solar muy alto, FPS 50 o +, y utilízalo incluso en días nublados.
En nuestra farmacia en Huarte disponemos de una gran variedad de cremas solares de diferentes laboratorios para atender a distintas necesidades y demandas de nuestros/as clientes/as:
- URIAGE, para pieles sensibles por tener como base su agua termal.
- APIVITA, con alto porcentaje de ingredientes naturales y sin perfume, con filtros respetuosos con el medio marino.
- HELIOCARE, que a la protección tópica suma la protección oral.
- SKINPROTEC BE+ de Cinfa, que contiene filtros de todos los tipos de radiaciones.
- SVR, nuestra novedad para este año, con sus novedosas texturas que respeta la piel y el medio marino.
- ISDIN, con su amplia gama de texturas.
Otros consejos de protección solar
Si usas un producto que contenga filtros físicos (como dióxido de titanio u óxido de zinc), aplícalo sobre cualquier otro producto que estés usando (salvo el repelente de insectos, que debe aplicarse en último lugar). Los bloqueadores físicos aportan la máxima protección a pieles sensibles.
Protege tu piel desde dentro añadiendo fotoprotectores orales. Son suplementos que pueden contener vitaminas y antioxidantes (betacaroteno o licopeno) que atrapan los radicales libres, colágeno o la planta Polypodium leucotomos (que aumenta la resistencia de la piel al sol desde la primera toma, neutraliza y repara el daño solar). Deben usarse como un complemento de la protección tópica, nunca como sustituto.
En nuestra farmacia en Huarte encontrarás los protectores orales de HELIOCARE y de GOAH CLINIC: SOL, ANTIOXIDANTE y COLÁGENO, que minimizan los efectos perjudiciales del sol, potenciando el bronceado.
Recuerda también que la exposición solar debe hacerse en horas seguras, cuando los rayos son menos intensos: primeras horas de la mañana y ultimas de la tarde. Y en períodos cortos, en tandas de 20-30 minutos cada día e ir aumentando progresivamente para ir acostumbrando a la piel.
Lleva ropa elaborada con material que dificulta el paso de la radiación UV (evita telas delgadas ya que los rayos UV pueden pasar a través de ellas), sombrero y usa gafas de sol
En el caso de la Erupción Polimorfa Lumínica (EPL), debes saber que los cristales dejan pasar la radiación UVA, por lo que debes protegerte del sol también en interiores.
Después de la exposición
Después de la exposición al sol, aplícate por toda la piel una bruma de Agua Termal de Uriage, que es un agua muy pura enriquecida con minerales que hidratan y regeneran la barrera cutánea y con un PH similar al de la piel. Una de sus propiedades es la de calmar las pieles irritadas y son aptas para pieles sensibles y con problemas de alergias.
Un truco: introduce el envase en el frigorífico y tendrás un efecto vasoconstrictor del frío que ayudará a calmar el picor y aliviar la rojez.
Si tienes una reacción alérgica aplícate Aceite Vegetal de Caléndula. Y si has sufrido una quemadura, añade unas gotas de Aceite Esencial de Espliego Macho de Pranarom a tu crema aftersun o mejor, al aceite de caléndula.
Bebe abundante agua porque es importante evitar la pérdida excesiva de agua.
Consume diariamente frutas y verduras ricos en betacarotenos y vitaminas C y E, que te aporten las vitaminas, minerales, fibra y antioxidantes que tu cuerpo necesita, así como los ácidos grasos Omega-3.
